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23/4/07

ROCHE 1 PINGUS 98 1

EMPATE ÉPICO

Los pingus logran in extremis un punto en el mejor partido de la temporada

JR.-Enviado especial

‘Ja tenim equip’. Esa es la frase más repetida tras el empate que Pingus 98 consiguió la noche del lunes en el último minuto de partido. A falta de confirmación en próximas jornadas, los pingus han dejado de ser aquel equipo pelele, al que cualquiera podía zarandear, para mutarse en un conjunto cohesionado, recio, robusto, duro de roer para cualquier rival. El refundado pingus que vimos el lunes no perdió los papeles a pesar de que Roca, en una jugada desgraciada, marcó un gol en propia puerta que puso muy cuesta arriba un partido que hasta ese momento tenían controlado. Tampoco se desquició aunque pasaban los minutos y no llegaba el empate. Este ‘nuevo’ pingus mantuvo la concentración hasta el final, cuando en el último minuto, Tomás lanzó magistralmente una falta que supuso el gol del empate. Sí, ‘ja tenim equip’. Ahora solo falta que lleguen las victorias.

LOS PINGUS UNO A UNO

PALET.- Concentrado. Resolvió con solvencia el trabajo que se le presentó y ordenó perfectamente su defensa.

JORGE.- Enorme. El mejor de su equipo. Realizó un partido memorable en el que anuló al jugador más peligroso de Roche.

ROCA.- Desafortunado. Logró sobreponerse al hecho de que en el primer balón que tocó marcase en propia portería.

JOSE.- Agrio. Fue el jugador racial y contundente que todos conocemos. Se empeña en ser el Risto Mejide de los árbitros y volvió a tener sus más y sus menos con el colegiado.

ALBERT.- Omnipresente. Estuvo en todas partes. Se ofreció tanto en defensa como en ataque.

CARLES.- Entregado. Volvió a ser un puntal tanto en defensa como en el centro del campo.

PERELLADA.-Fustigado. Experimentó en sus carnes la contundencia y dureza del equipo rival.

PUEYO.- Incombustible. Realizó un desgaste enorme y cuajó una gran actuación que mereció más premio. Lástima que un testarazo suyo se estrellase en el larguero.

TOMÁS.- Preciso. Asumió su condición de crack cuando más lo necesitaba su equipo, ejecutando con maestría la falta que supuso el gol del empate.